la arqueología

martes, 30 de octubre de 2018

Arqueología de Israel

La arqueología de Israel es de intensiva investigación en las universidades de la región y también atrae un considerable interés internacional a causa de la región bíblica que la liga.

Períodos Arqueológicos

Los períodos arqueológicos del área han sido establecidos de la siguiente forma:

PERÍODO PREHISTÓRICO

Período Neolítico 8500-4300 a. C.
Período Calcolítico 4300-3300 a. C.

PERÍODO BÍBLICO

Período Canaanita (edad de bronce) 3300-1200 a. C.
Edad de bronce temprana I (EB I) 3330-3050 a. C.
Edad de bronce temprana II-III (EB II-III) 3050-2300 a. C.
Edad de bronce temprana IV/Edad de bronce media I (EB IV/MBI) 2300-2000 a. C.
Edad de bronce media IIA (MB IIA) 2000-1750 a. C.
Edad de bronce media IIB (MB IIB) 1800-1550 a. C.
Última edad de bronce I-II (LB I-II) 1550-1200 a. C.
Período Israelita (edad de hierro) 1200-539 a. C.
Edad de hierro I (IA I) (jueces) 1200-1000 a. C.
Edad de hierro IIA (IA IIA) (Monarquía Unida) 1000-925 a. C.
Edad de hierro IIB-C (IA IIB-C) (Monarquía dividida) 925-586 a. C.
Edad de hierro III (período Neo-Babilónico) 586-539 a. C.
Período Persa 539-333 a. C.

PERÍODO CLÁSICO

Período Helenístico 333-165 a. C.
Período Maccabeo/Hasmoneano 165-63 a. C.
Período Romano 63 A.C.-330 E.C.
Período Romano Temprano (Período Herodiano) (Período del Nuevo Testamento) 63 A.C.-70 E.C.
Período Romano Medio(Período de Yavne) 70-135 E.C
Último Período Romano (Período de Mishnaic) 135-200 E.C.
Último Período Romano (Período Talmúdico) 200-330 E.c.
Período Bizantino 330-638 E.C.

PERÍODO ISLÁMICO

Período del Califato Árabe 638-1099 E.C.
Período de Umayyad 638-750 E.C.
Período de Abbasid 750-1099 E.C.
Período de los Cruzados 1099-1244 E.C.
Período del Reino de Jerusalén 1099-1187 E.C.
Período de Ayyubid 1187-1244 E.C.
(Período de Mamluk 1244-1291 E.C.)
Período de Mamluk 1244-1517 E.C.
Período Otomano 1517-1917 E.C.

PERÍODO MODERNO

Período del Mandato Británico 1917-1948 E.C.
Período Israelí 1948-Presente

Sitios arqueológicos

Tsipori (Sepphoris) Universidad Hebrea en Jerusalén
Yavne (Iamnia) Universidad de Tel-Aviv





lunes, 29 de octubre de 2018

Culturas y tipos

Culturas y tipos (nace el evolucionismo)

Durante mucho tiempo, la arqueología avanzó sólo por adicción o por las mejoras en las técnicas del trabajo de campo o de laboratorio, pero sin planteamientos científicos honestos. De ahí surgió el viejo adagio: «Los arqueólogos de campo excavan en la basura, los arqueólogos de laboratorio escriben basura» (Paul Bahn). Efectivamente, los especialistas en arqueología y prehistoria se confundían porque ninguna de las dos disciplinas había sido definida, salvo en los aspectos prácticos. No había un cuadro filosófico claro, se excavaba, a menudo, como otro medio de explotación colonial, o se anteponía el prestigio personal del arqueólogo a la protección del yacimiento, se buscaban tesoros y se despreciaba lo cotidiano.

Primeras herramientas conocidas en Europa.
Eso sí, a través de la detallada definición de los artefactos arqueológicos nacieron los tipos arqueológicos; por medio de sus similitudes y diferencias, la arqueología tradicional aprendió a crear los primeros modelos abstractos, los tipos y las culturas. Los tipos, a través de sus relaciones, de su idiosincrasia, de su ausencia o presencia, de su estilo..., servían para establecer grupos humanos, es decir, culturas. Se fue mucho más allá, tomando un préstamo de la paleontología, se desarrolló el concepto de «fósil-guía», un tipo de artefacto arqueológico que distinguiría la idiosincrasia de una cultura frente a otras, de modo que su presencia permite distinguirlas fácilmente. Las culturas se vinculaban a un tiempo y a un lugar, eran manifestaciones equivalentes a los tipos, pero aplicables a pueblos con rasgos peculiares, diferenciables que, generalmente se equiparaban a etnias. De este modo la cultura arqueológica devino en ser lo mismo que la cultura material. No obstante se entendían los cambios de un modo simplista, un determinismo lineal teleológico: las leyes humanas conducían indefectiblemente al progreso. Y el paradigma del progreso era Europa. De un modo u otro, los arqueólogos habían encontrado la justificación del origen de su cultura, de su supuesta superioridad sobre el resto del mundo, en especial, la burguesía que, paradójicamente, recurría a las tradiciones del pasado para explicar su ascenso social y para justificar sus actividades como un beneficio para la humanidad. Es lo que se dio en llamar la "teoría genealógica".
Pioneros en este terreno son los daneses Thomsen y Worsaae, creadores de la idea de las tres edades de la Prehistoria (edad de Piedra, edad de Bronce y edad de Hierro), completada por Lubbock (Paleolítico y Neolítico). Todo esto ocurría a mediados del siglo XIX (la época de las grandes revoluciones burguesas); al mismo tiempo que Darwin, Lyell, Perthes y los descubridores del Hombre de Neandertal libraban sus respectivas batallas. Sin duda fueron unas décadas prodigiosas, no tanto para el avance científico, cuanto para el cambio de mentalidad hacia la Prehistoria; pero también tristes, porque se demostró que la ciencia no era inocua y que podía ser manipulada con fines espurios.
Poco después, el inglés Pitt Rivers desarrolló la idea de que todo el material arqueológico podía ordenarse según las secuencias tipológicas. Afortunadamente Pitt Rivers se esmeró en su tarea, incluyendo en sus tipologías, no sólo objetos raros o valiosos, sino también ejemplares ordinarios y cotidianos. Otros logros de este insigne investigador de túmulos y poblados británicos es que sus excavaciones eran ejemplares: llevaba un diario, realizaba planos y perfiles, dibujos detallados y reconstrucciones. Puede decirse que Pitt Rivers transformó el oficio de anticuario en el de arqueólogo e influiría decisivamente en el desarrollo de un método científico de excavación.

Historia y teoría

El nacimiento de la arqueología es anterior al de la disciplina prehistórica, cuando los primeros exploradores del pasado se consagraron al estudio de los grandes monumentos de la Antigüedad clásica, el antiguo Egipto y el Próximo Oriente, o, si no disponían de tan espectaculares vestigios, se dedicaron al coleccionismo de antigüedades. Ambas tendencias contribuyeron al nacimiento de la arqueología precientífica, al desarrollo del método de excavación y reconstrucción, al conocimiento de la estratigrafía y a la creación de sistemas de clasificación de artefactos. Por no hablar de la creación de un corpus gráfico tan valioso como los de David Roberts y Frederick Catherwood, o de la creación de los primeros fondos museísticos. Desde la idea del anticuario y del historiador de las grandes civilizaciones antiguas, hasta la actualidad ha habido una importante evolución.

De mito al logos en arqueología 

Lo cierto es que durante toda su existencia, el ser humano ha sido consciente de que tenía un origen, de que había nacido en algún momento del pasado: todos los pueblos, primitivos o no, tienen tradiciones sobre su propia creación. Curiosamente, algunos, como los griegos o los hebreos, ven en ésta al ser humano como una degeneración de un modelo superior, una entidad divina de la que el hombre sería una pobre imitación decadente o impura. En el caso de los hebreos, existe una promesa de redención mesiánica, idea que ha pasado a la tradición cristiana.

Un ejemplo opuesto lo proponen filósofos también clásicos que consideran al hombre la medida de todas las cosas (Protágoras de Abdera), el cambio de mentalidad es propio de la filosofía helenística. Diodoro Sículo, admitiendo al ser humano como un animal más, advierte que, debido al estímulo de la necesidad, la sociedad y el lenguaje, se alza sobre el resto hasta convertirse en el rey de la creación, en resumen, como el último escalón del progreso biológico. La misma idea es descrita con una admirable perspicacia por el poeta romano Lucrecio:

"Al principio, los hombres vivían como los animales, sin el arado y sin herramientas de hierro con que trabajar los campos, plantar o talar árboles. Estos hombres primeros comían sólo lo que el sol y la lluvia proporcionaban: carecían de ropas y no construían moradas permanentes, sino que vivían en cuevas y en chozas de ramas y hojarasca".
El humanismo coincide con las exploraciones portuguesas y españolas, la colonización europea de América y la instalación de factorías portuguesas en África, que tuvieron una consecuencia secundaria. Ciriaco Pizzecolli también conocido como Ciriaco d'Ancona o Ciríaco de Ancona ( Ancona c.1391 – Crémona c. 1455), fue un viajero y coleccionista de antigüedades italiano. Fue de los primeros humanistas del Renacimiento que estudió personalmente los restos físicos del mundo antiguo, y por tal motivo es recordado como el padre de la arqueología. Otros exploradores trajeron objetos de los pueblos que estaban conociendo, y ciertos estudiosos enseguida se percataron que otros objetos, muy parecidos, podían encontrarse entre las ruinas antiguas de la propia Europa (herramientas talladas en piedra, armas de cobre, joyas...). Las culturas recién descubiertas eran consideradas primitivas, eran menospreciadas, pero algunos europeos, con gran amplitud de miras, se dieron cuenta de que en Europa, forzosamente, hubo una fase pretérita en la que la cultura también era primitiva (entre ellos, Ulisse Aldrovandi (1522-1605), de la universidad de Bolonia, que suponía que estos objetos fueron usados antes de que el hombre descubriese el hierro; su mente era demasiado abierta para la época ya que fue acusado de hereje).

El Renacimiento también es el inicio de la actividad arqueológica propiamente dicha, aunque con un objetivo exclusivamente enfocado a la inspiración artística: Brunelleschi, el famoso arquitecto, fue uno de los primeros en excavar ruinas romanas, Miguel Ángel, si no participó, al menos asistió a las excavaciones de las Termas de Caracalla, quedándose atónito ante el conjunto escultórico de Laocoonte, que apareció entre sus escombros. En 1550, el arquitecto Domenico Fontana, cuando seguía la tradicional costumbre de estudiar viejas ruinas romanas, descubrió Pompeya, sin embargo no prosiguió sus trabajos y la ciudad volvió a caer en el olvido hasta el siglo XVIII.

Pompeya es, intrínsecamente, un capítulo aparte en la historia de las excavaciones, pero por sí mismos, los trabajos emprendidos allí en los siglos XVII y XIX no suponen ningún avance ni en el método ni en el concepto de la arqueología, por eso dejaremos a sus excavadores para otro artículo (que esté más relacionado con la cultura clásica y la historia del arte), incluido el mitificado Winckelmann.

En efecto, los trabajos de arqueología clásica no aportaban nada nuevo porque se limitaban a desenterrar grandes monumentos, pero no planteaban ningún problema nuevo sobre la verdadera prehistoria humana. Es más, se adaptaban perfectamente a las ideas religiosas sobre la historia del hombre, y más en el caso del cristianismo, ya que proporcionaban un contexto a la vida de Jesucristo y sus discípulos. Por otro lado, este tipo de actividades se extendió fuera de Europa, despojando las áreas colonizadas de sus más ricos tesoros: obeliscos, cerámicas, frescos, sarcófagos, esculturas, incluso edificios enteros, fueron usurpados a sus verdaderos dueños para enriquecer los fondos de grandes museos como el Louvre, el British, el Pergamon de Berlín o el Metropolitan de Nueva York.

Antigüedad del ser humano 


Podemos atribuir la ruptura con las ideas religiosas sobre la creación del ser humano a excepcionales figuras del siglo XIX. Por ejemplo, Charles Lyell, que había publicado en 1833, sus Principles of Geology, explicando con bastante precisión el proceso de erosión y sedimentación de estratos y calculando la edad de la Tierra muy por encima de las ideas imperantes en la fecha, a saber, la cronología bíblica calculada por Ussher y la teoría catastrofista que reinterpretaba el Diluvio Universal.​ El mismo año de la publicación del geólogo británico, el belga Schmerling había excavado la cueva de Engis, en la región de Lieja, demostrando que en el mismo estrato geológico había restos de rinocerontes, mamuts y otros fósiles (algunos humanos, pero en muy mal estado) junto con útiles de sílex. La revelación fue tan increíble que ni siquiera Lyell le dio crédito.

Cuatro años después, el francés Boucher de Perthes había hallado hachas de pedernal en las terrazas del río Somme, a más de 20 metros de profundidad y en asociación con fósiles de elefante y otros animales extinguidos. Publicó sus hallazgos en varios libros, uno de los cuales tuvo cierta repercusión en Londres. Varios aficionados se trasladaron a Abbeville para visitar la zona y colaboraron en las excavaciones del investigador francés; enterado de los detalles, Lyell claudicó y llegó a la conclusión de que su antigüedad era como mínimo de cien mil años.

Esto ocurría en 1848, el mismo año en que se descubría el primer cráneo de Neandertal en Forbes Quarry (‘Cantera de Forbes’), Gibraltar, sin embargo, este hecho fue silenciado. Darwin ya había desarrollado su Teoría sobre la evolución, que no se atrevió a publicar hasta 1859 en el libro El origen de las especies. Por entonces otro cráneo encontrado en el valle Neander, en la localidad de Feldhofer, Alemania, había salido a la luz, y esta vez sí se le dio publicidad, pero se supuso que era una persona con graves malformaciones. 
En 1866 nuevos restos fueron hallados en la cueva Trou de la Paulette (Dinant, Bélgica), y se parecían mucho a los hallazgos de Engis, Gibraltar y Düsseldorf. Cuando, al poco tiempo, en 1871, Darwin publicó El origen del hombre, donde defendía el desarrollo biológico humano desde un animal similar al mono, ya se había llegado a la convicción de la existencia de una especie extinguida de humano primitivo, el Hombre de Neandertal, llamado así en honor al valle del río cercano a Düsseldorf donde se hallaron los restos más conocidos. La teoría se corroboró en 1891, cuando Eugène Dubois divulgaba la existencia, en la isla de Java, de huesos de una especie más primitiva aún. Al considerarlo mitad hombre, mitad mono, su descubridor le bautizó como Pithecanthropus erectus (‘Hombre-mono que camina erguido’) y, aunque ahora se sabe que era completamente humano, durante mucho tiempo fue equiparado al eslabón entre nuestra especie y los primates superiores.
En esta fase, pues, se produce un importante ruptura que marcará el devenir de la ciencia prehistórica: se reconoce la enorme antigüedad de la especie humana (los historiógrafos suelen elegir el año 1859 como punto de inflexión), lo que plantea no pocos dilemas. El más importante, quizá, es el papel que va cobrando la ciencia frente a la religión. Porque la lucha de Lyell, Darwin, Schmerling, Boucher de Perthes y otros, es una lucha entre las creencias religiosas que ellos mismos tenían y las evidencias científicas que ellos mismos comprobaban. Esta rivalidad entre ciencia y religión no debe minimizarse, pues se extendió a toda la sociedad cultivada de la época. No se trataba ya de un problema de interpretación histórica del pasado, era mucho más: en muchos casos fue utilizada con el fin de demostrar el imparable progreso de la verdad científica. Era, en resumen, una lucha maniquea entre dos supuestas verdades absolutas, la religiosa y la científica.​ Si comprendemos esto, compenderemos el durísmo trance por el que tuvieron que pasar muchos de los investigadores de la época, hasta que por fin se logró (mucho más tarde) compaginar ambas cosas.

El descubrimiento del «Hombre Solo» por Eugène Dubois no fue un hecho aislado en la historia de la paleoantropología, sino que está contextualizado en una serie de hallazgos que, quizá en su momento no tuvieron suficiente significación, pero que, con el tiempo, han ido encumbrándose por su trascendencia. La siguiente línea del tiempo, que va desde la recuperación de los huesos del valle Neander, en 1856, hasta 1930 puede dar idea de lo que estamos diciendo, a destacar, el hallazgo, en 1924 del primer australopiteco por Raymond Dart, el Niño de Taung (en Sudáfrica), un homínido prehumano de extraordinaria antigüedad, que, como el caso del Hombre del Neandertal, no fue asimilado por la comunidad científica hasta algún tiempo después.



                     Cronología de los hallazgos de homínidos entre 1855 y 1930




miércoles, 24 de octubre de 2018

Etnoarqueología

La Etnoarqueología es una disciplina que se encarga de realizar estudios de cultura material de comunidades preindustriales contemporáneas, con una visión eminentemente arqueológica. Se diferencia, pues, de la Etnografía o la Antropología por su enfoque, métodos y propósitos, ligados a la Arqueología.
La Etnoarqueología ha sido entendida y definida de varias maneras y se han propuesto también otros vocablos como sinónimos tales como "arqueología viva", "etnografía arqueológica" o "arqueo-etnografía". Actualmente se cuenta con una variedad de definiciones; entre las más simples están la de MacEachern​ que propone que es "... la intersección de gente viviente y las construcciones arqueológicas" o a la de Hanks​ que expresa que es "la aplicación de métodos arqueológicos a los datos etnográficos".

En general, la Etnoarqueología es entendida hoy en día como una subdisciplina de la arqueología.​ La Arqueología y Antropología pueden ser consideradas "madres" de la Etnoarqueología, aunque es obvio que el desarrollo de esta se da casi exclusivamente dentro del campo de la arqueología. Esto no sólo está relacionado a que los arqueólogos son quienes hacen Etnoarqueología, sino que son casi los únicos que la consumen.

En su uso corriente es considerada como una metodología de obtención de datos de sociedades vivas, pero desde una perspectiva arqueológica y sobre todo, prestando especial atención a los derivados materiales de las conductas humanas. Por lo tanto, esta estrategia de investigación implica trabajo de campo, fundamentalmente (aunque no exclusivamente) mediante la observación participante. Sin duda, los datos provenientes de investigaciones etnográficas y de los documentos históricos son de gran utilidad para la interpretación arqueológica y pueden servir para la formulación y el testeo de hipótesis así como para proveer fuentes de analogía, pero en la casi totalidad de los casos carecen de información sistemática y controlada sobre los productos materiales de las conductas a la que hacen referencia. La estrategia de investigación utilizada es el uso complementario de fuentes etnohistóricas y de información arqueológica pero no la generación de modelos que articulen las conductas de sociedades contemporáneas con sus derivados materiales y con la interpretación del registro arqueológico.

lunes, 22 de octubre de 2018

Arqueología Subacuática

La arqueología es la ciencia que se encarga del estudio de las estructuras históricas, económicas y sociales del pasado a través de la recopilación y la investigación de los elementos de cultura material, fruto de la actividad pretérita de una sociedad. La actividad arqueológica bajo el agua ha recibido diversos nombres a lo largo del tiempo: hidro-arqueología, acqueologia, arqueología marina, arqueología submarina y arqueología subacuática.

Arqueología aérea

La arqueología aérea es la rama de la arqueología que los estudios e interpreta las imágenes aéreas (obtenidos por avión, globo o otros aparatos voladores) con el fin de descubrir o definir posibles sitios arqueológicos , por lo general no son visibles a nivel del suelo. Tres tipos de modificaciones, debido a la presencia de restos enterrados, son detectables en las fotografías obtenidas en condiciones ideales de iluminación y de estacionalidad: los niveles de modificación, color del suelo o el desarrollo de los cultivos. Estos cambios pueden detectar viejas estructuras antrópicas.

Las ventajas de disponer de una buena vista aérea del terreno son apreciadas por los arqueólogos pues un punto de vista elevado permite una mejor apreciación de los detalles y de sus relaciones en un contexto más amplio. Los primeros investigadores trataron de obtener vistas de sitios arqueológicos utilizando aire caliente globos, puntales o cámaras conectadas a cometas (cometas). Después de la invención del avión militar y la importancia de la fotografía aérea adquirida durante la primera y segunda guerra mundial, los arqueólogos comenzaron a utilizar efectivamente la tecnología para descubrir y registrar los sitios arqueológicos.

Las fotografías se pueden tomar o verticalmente, es decir, desde un punto que está directamente sobre el lugar fotografiado, o oblicuamente, lo que significa que se toma desde otro ángulo. Con el fin de proporcionar un efecto tridimensional, un par de imágenes verticales que se superponen parcialmente para compensar cualquier posición y se puede ver de forma estereoscópica .

Arqueología Bíblica

La arqueología bíblica es la parte de la arqueología que se especializa en el estudio de los restos materiales que tienen relación directa o indirecta con los relatos bíblicos, sean estos del Antiguo (Tanaj) o del Nuevo Testamento, y con la historia y cosmogonía de las religiones judeocristianas. El lugar principal de esta parte de las ciencias arqueológicas es lo que en dichas religiones es denominado Tierra Santa, y desde la perspectiva occidental Medio Oriente. Si bien los elementos principales de la arqueología bíblica son referentes teológicos y religiosos en su mayoría, esta es una ciencia en toda su dimensión metodológica. Como sucede con otros registros históricos de otras civilizaciones, los manuscritos deben ser comparados con otras sociedades contemporáneas de Europa, Mesopotamia y África. Las técnicas científicas empleadas son las mismas de la arqueología en general como las excavaciones y la datación por radiocarbono, entre otras. En contraste, la arqueología del antiguo Medio Oriente trata simplemente del Antiguo Oriente Próximo, o Medio Oriente, sin particulares consideraciones acerca de si sus descubrimientos se relacionan con la Biblia.

La arqueología bíblica es una materia de estudio polémica, con varios puntos de vista sobre cuál es el propósito y las metas que esta tiene o debe tener. En la sección de comentarios profesionales se pueden encontrar diversos puntos de vista de destacados arqueólogos.

Arqueología Babilonica

El conocimiento histórico de la topografía de Babilonia ha derivado de los escritores clásicos, las inscripciones de Nabucodonosor II y las excavaciones del Deutsche Orientgesellschaft (Sociedad Oriental Alemana), comenzadas en 1899. La topografía se corresponde prácticamente con la Babilonia del citado monarca, ya que la ciudad más antigua fue destruida por Senaquerib sin dejar apenas rastro. Las citadas excavaciones alemanas fueron las que verdaderamente comenzaron a descubrir la ciudad, si bien la británica Indian Company había dado pie a las excavaciones de Layard en 1850, Rawlinson en 1854 y Rassam en 1880; sin embargo, estas incursiones sirvieron más para expoliar objetos hoy expuestos en el Museo Británico que para descubrir y comprender verdaderamente la ciudad.​ Los alemanes encontraron en Kasar, nombre de uno de los montículos que crecieron sobre las ruinas, los restos de los palacios y fortalezas y reales, y en Amram, otro de los montículos, los cimientos del zigurat.​ Los equipos de las excavaciones de la Sociedad Oriental Alemana estaban formados íntegramente por arquitectos desde la expedición de Robert Koldewey, cuyo interés primordial era localizar edificios y levantar planos precisos, para lo cual habían desarrollado un método que permitía encontrar con mayor facilidad muros de barro. A pesar de que les debemos el conocimiento de la Babilonia de Nabucodonosor II, su interés por la arquitectura de la ciudad les hizo prestar poca atención a inscripciones, cerámicas, huesos y otro tipo de restos.

Para 1900 Robert Koldewey ya había encontrado la Puerta de Ishtar y despejado parte de la Avenida de las Procesiones e inspeccionado someramente toda el área, que incluía, además de los montículos de Amram y Kasar (o Kasr), los de Babil, Merkez y Homera, en total unos 18 km2.​ Los tres últimos se corresponden con las zonas del palacio de Verano, el área residencial de grandes casas en torno al templo de Ishtar de Agadé, y la zona del anfiteatro griego.​ Centrado en los dos primeros y con visos a trasladar tablillas y otros restos a Alemania, Koldewey solicitó la construcción de una vía férrea y contrató entre 200 y 250 hombres. Ayudado por otros arquitectos, comenzó un estudio sistemático del yacimiento que le llevó a diseccionar las distintas capas históricas hasta la del segundo milenio antes de Cristo; aunque su intención era continuar, no fue posible debido al nivel freático del lugar.​ En 1924 Koldewey revisó los informes de las excavaciones, recientemente publicados. Murió en 1925.

Otras excavaciones importantes, aunque no tan reveladoras, fueron las también alemanas de 1970 y las iraquíes de 1978-1989, realizadas por la Organización Estatal de Antigüedades y Patrimonio de Irak, cuyo mayor interés era la reconstrucción de diversos monumentos arquitectónicos.


    Restos arqueológicos
    Además de las propias ruinas y de las reconstrucciones efectuadas en el siglo XX, hay una serie de restos arqueológicos que fueron trasladados de su lugar de origen y se encuentran actualmente expuestos en diferentes lugares del mundo.

    Restos arquitectónicos

    Berlín: Museo de Pérgamo. Restos numerados y reconstruidos de la Puerta de Ishtar y de la fachada de la sala del trono del palacio real de la ciudad interior

    Otros restos artísticos

    Estambul: İstanbul Arkeoloji Müzesi. Paneles de ladrillos vidriados con figuras en relieve y pintados.
    Tablillas cuneiformes
    Berlín: Staadliche Museum y Vorderasiatisches Museum. Tablillas recogidas en las excavaciones alemanas de 1899-1917.53​
    Londres: Museo Británico. Tablillas recogidas principalmente entre 1879 y 1882.

Asiriologia

Asiriología (del griego Ἀσσυρίᾱ, Asiria y -λογία, estudio) es uno de los llamados estudios clásicos: el estudio arqueológico, histórico y filológico de las culturas del Antiguo Próximo Oriente que usaban la escritura cuneiforme y la lengua acadia y sus dialectos. Otras lenguas como el sumerio, el elamita, el hitita, el hebreo y el arameo también son estudiadas por los asiriólogos, especialmente con fines comparativos.

Los estudios asiriológicos se centran especialmente en Mesopotamia: no sólo en Asiria (su zona septentrional), sino también en Babilonia (su zona central) y en Sumeria (su zona meridional, donde apareció inicialmente la civilización); de forma que también se usa muy habitualmente el término sumeriología.

Además de los testimonios indirectos, procedentes de la literatura bíblica y grecorromana, la principal fuente documental para la asiriología o sumeriología es el gran número de tablillas cuneiformes halladas en los yacimientos arqueológicos de la región.

El estudio de las primeras ciudades de la región (y del mundo), como Ur, es de un valor incalculable para entender el nacimiento y desarrollo de fenómenos centrales para la historia humana, como el proceso de urbanización, la escritura, la ciencia y la técnica, la religión, el poder político y la guerra.


Arqueologia Andina

La civilización Caral o cultura Caral se desarrolló entre 3000 y 1800 a. C., siendo la expresión más nítida del surgimiento de las primeras sociedades complejas en el área norcentral peruana o Norte Chico. En toda esta área destaca claramente el valle de Supe, ubicado en Barranca, al norte de Lima, donde en apenas 40 kilómetros desde el mar, se han identificado 20 asentamientos de esa civilización, siendo la de mayor dimensión y complejidad la ciudad de Caral o Caral-Supe, de la que deriva el nombre de la cultura.

La existencia de esta civilización fue desvelada a partir de 1996, gracias a los trabajos de un equipo de arqueólogos encabezados por Ruth Shady, a través del Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe. Los estudios rigurosos han demostrado que esta civilización es contemporánea con otras civilizaciones primigenias del mundo, como la de Egipto, India, Sumeria, China, pero a diferencia de ellas (que intercambiaron sus logros), se desarrolló en completo aislamiento. En América, es la más antigua de las civilizaciones prehispánicas, superando en 1500 años a la civilización Olmeca, otro importante foco civilizatorio situado en Mesoamérica. En el Perú supera en antigüedad a la cultura Chavín (1200 a. C.), que durante mucho tiempo había sido considerado como la cultura madre del Perú. Actualmente, según todos los indicios, se puede afirmar que a partir de la civilización caral se origina la civilización andina.

Ubicación Geográfica 

El área de desarrollo e influencia de la civilización caral, llamada área norcentral peruana, es de 400 por 300 km, y comprende los valles de la costa (Santa, Nepeña, Sechín, Culebras, Huarmey, Fortaleza, Pativilca, Supe, Huaura, Chancay y Chillón), los callejones serranos de Huaylas y Conchucos junto con el altiplano de Junín, y las cuencas de los ríos Marañón, Huallaga y las cabeceras del Ucayali en la selva.

En toda esta área destaca claramente el valle de Supe, ubicado en la provincia de Barranca, departamento de Lima, donde en apenas 40 kilómetros desde el mar, se han identificado 20 asentamientos de esta civilización,​ cuyas extensiones van de 0,16 hectáreas hasta casi 80 hectáreas. Ocho de ellos son los de mayor tamaño, entre los que destaca nítidamente por su complejidad la ciudad sagrada de Caral, de la que deriva el nombre de la cultura. Fue, sin duda, la capital de la región. Los otros asentamientos con construcciones monumentales son Pueblo Nuevo, Cerro Colorado, Allpacoto y Llapta (en la margen derecha del Supe); y Lurihuasi, Miraya y Chupacigarro (en la margen izquierda). ​ En el litoral cercano a la desembocadura del Supe destaca Áspero, que fue según todos los indicios la ciudad pesquera de Caral.

Hasta antes del descubrimiento de esta cultura, ya se conocía la existencia de diversos asentamientos precerámicos a lo largo de esa área norcentral peruana, a partir de los cuales se había planteado la existencia de organizaciones sociales de nivel jefatural. Destacan los de La Galgada, en el callejón de los Conchucos, Piruro en el Marañón, Huaricoto en el callejón de Huaylas, Kotosh en el Huallaga, Las Haldas en Casma, Los Gavilanes en Huarmey, Áspero en Supe, Bandurria y Río Seco en Huaura y El Paraíso en el Chillón.

Características Generales


Aunque en lugares como Valdivia, en Ecuador, se producía cerámica desde 4000 a. C., en Caral no se utilizó; de allí viene la denominación de precerámica, aunque la doctora Ruth Shady, su descubridora, prefiere hablar de acerámica (sin cerámica), pues al disponer los antiguos pobladores de Caral de una gran cantidad de mates (cucurbitáceas) que usaban como recipientes, no necesitaban de la alfarería.
El logro más impactante de esta primera civilización fue la construcción de extensas ciudades, con edificios monumentales, construidos de una manera muy ingeniosa con piedra, barro y materiales vegetales, en cestos tejidos y cerrados con dimensiones y pesos muy variados (shicras) pero bastante homogéneos para facilitar las labores de acuerdo a la fortaleza física de sus albañiles y constructores. Las formas predominantes son las pirámides escalonadas, las plazas circulares o semicirculares hundidas en los frentes, con escaleras que daban acceso a la cima, donde se observan habitaciones y espacios para rituales y ceremoniales.​
La evidencia arqueológica muestra también una significativa producción agrícola de algodón para redes de pesca y prendas tejidas en técnica torzal,​ así como muy sofisticadas expresiones de arte musical en la confección de flautas con figuras incisas de animales míticos que sugieren un carácter religioso. ​
Las diferencias de tamaño entre los asentamientos y sus edificios evidencian jerarquía entre las poblaciones que los ocuparon, e incluso la existencia de una organización política que hizo posible su construcción.



Categorías crono-arqueológicas

Asimismo existen delimitaciones crono-espaciales a nivel mundial, que delimitan una serie de grandes áreas culturales, cuyos estudios se configuran usualmente como subdisciplinas con cierta autonomía dentro de la ciencia arqueológica. Las más destacables serían:

Arqueología americana
Arqueología andina (véase también Arqueología del Perú)
Arqueología comparativa = Área Intermedia; Norte, Centro y Sur América
Arqueología de sociedades complejas = Área Intermedia; Norte, Centro y Sur América
Arqueología mesoamericana
Arqueología de Egipto y de Próximo Oriente
Arqueología Acadia
Arqueología Babilónica
Arqueología bíblica
Arqueología de Israel
Arqueología egipcia (división que conforma junto a otros campos de estudio la Egiptología)
Arqueología fenicio-púnica
Arqueología Hitita
Asiriología
Sumeriología
Arqueología europea
Arqueología clásica
Arqueología europea
Arqueología medieval
Arqueología postmedieval
Arqueología prehistórica
Arqueología protohistórica
Arqueología mundial
Arqueología del conflicto
Arqueología del pasado contemporáneo
Arqueología industrial

Yacimientos arqueológicos en Venezuela

Parque Arqueológico Piedra Pintada



El Parque Arqueológico Piedra Pintada forma parte del parque nacional San Esteban, está situado en el Sector Tronconero de Vigirima, en el municipio de Guacara, Estado Carabobo (Venezuela), y es un importante conjunto de petroglifos, menhires y restos arqueológicos pertenecientes a una de las tribus arahuacas.​

Desde 1996, se realizó un estudio donde se contempló la realización de un inventario y estudio exhaustivo de los petroglifos; excavaciones arqueológicas; un guion museológico; capacitación de guías; módulos expositivos y un anteproyecto de senderos de interpretación, este último está aún en proceso de realización. Esta actividad y proyecto ha sido avalada y supervisada por el Instituto del Patrimonio Cultural. El complejo arqueológico megalítico de Piedras Pintadas, Vigirima está protegido por la Ley de Salvaguarda del Patrimonio Cultural.

 Taima Taima 

Taima Taima es un sitio arqueológico ubicado unos 20 kilómetros al este de Coro, en el estado de Falcón(Venezuela).
Fue investigado desde 1964 por Josep María Cruxent (1911-2005), Alan Bryan, Rodolfo Casamiquela, Ruth Gruhn y Claudio Ochsenius.
Tiene una antigüedad humana detectada de 14 200 a 12 980 años. Señala un antiguo poblamiento preclovis en América del Sur, que se utiliza como evidencia de la teoría del poblamiento temprano.
Entre los hallazgos de Cruxent se encuentra una pelvis de mastodonte atravesada por la punta de piedra de una lanza. Su fechamiento geológico y de carbono-14 coinciden en el 13 000 a. P. (11 000 a. C.).

Subdisciplinas arqueológicas



La arqueología en el gran desarrollo teórico y metodológico de las últimas décadas, ha dado lugar a numerosas subdisciplinas de marcado carácter temático-conceptual:

Arqueología de campos de batallas

Recibe diversas denominaciones, tales como arqueología del conflicto, arqueología de los campos de batalla o arqueología de la guerra. Su objetivo es el estudio de los procesos bélicos a partir de los restos recuperados en los escenarios donde éstos se desarrollaron; siendo la prospección arqueológica con detectores de metales determinante.

Arqueología Histórica


La arqueología histórica es la arqueología que estudia culturas con algunas formas de escrituras. En Inglaterra los arqueólogos descubrieron planos de pueblos medievales del siglo XIV, abandonados después de que se produjeran crisis, como es el caso de la peste negra.

La arqueología, de la misma manera que se dedicar al estudio de la antropología (arqueología antropológica), también se dedica al estudio de la historia (arqueología histórica).​ La arqueología histórica es la crónica de la humanidad desde los comienzos hasta hace unos tres millones de años, aunque las fuentes históricas comienzan más temprano, con el nacimiento del documento escrito en Asia Occidental en el 3000 a. C., aunque en otros lugares, Australia por ejemplo, existió en 1788 d. C. d. C..​ En ese sentido, la arqueología comprende los periodos y lugares donde existen dichos documentos e inscripciones.

Etnoarqueología

La etnoarqueología se trata del estudio de una comunidad humana viva a partir de la cultura material (aproximación arqueológica).​ En sus inicios se postuló como un modo de entender el registro arqueológico con analogías de referentes culturales actuales. En las corrientes posmodernas se concibe como una buena forma de obtener referentes inspiradores para elaborar las interpretaciones arqueológicas y construir narrativas enriquecedoras.

La arqueología cognitiva

Es la rama de origen reciente que responde a la necesidad de estudiar las formas de pensamiento y las estructuras simbólicas del pasado a partir de los restos materiales hallados. Se formó principalmente para conocer las sociedades prehistóricas debido a la falta de fuentes escritas que aportaran información de estas; este nuevo enfoque "imaginativo" mezclado con métodos científicos de vanguardia fue uno de los instigadores de la Nueva Arqueología.

Arqueología contextual

Se preocupa por el contexto de un artefacto y de las asociaciones que hay entre varios objetos. También tienen en cuenta la cantidad de objetos idénticos que hay en un yacimiento y el lugar donde se encuentra. Por lo tanto, permite averiguar la función de un artefacto y la información sobre cómo influía en la sociedad.

Arqueología darwinista

Afirma que los procesos que llevan a la estabilidad y al cambio cultural son similares a los de la evolución biológica. La evolución cultural es el conjunto de modificaciones en la distribución de los atributos de las sociedades. También defiende que la cultura humana es consecuencia de un aprendizaje social a través del contacto con otros seres humanos.

Arqueología de género

Es el estudio del rol, acciones e ideologías que hay entre hombres y mujeres. Busca las diferencias entre el papel social de cada uno de ellos en distintas culturas. Se fija en las desigualdades biológicas y en las construcciones sociales que se transmiten a los humanos desde la infancia.
Arqueología experimental

La arqueología experimental representa la aplicación del método experimental para desarrollar procesos que han sido creados por la arqueología.

Arqueología holística

La arqueología holística engloba todos los aspectos de las sociedades humanas (ecología, economía, política, arte, ideología...) y los relaciona entre ellos. Sus principales fuentes provienen de otros tipos distintos de la misma disciplina: etnografía, etnohistoria y arqueología contextual.
Arqueología del paisaje

La arqueología del paisaje es un método por el cual se intenta conocer como era el medio en la antigüedad. Se hacen pequeños sondeos aleatorios de 2 x 2 en el ámbito circundante que se quiere estudiar y gracias a ello se saca información de la diversidad del medio y de las diferentes actividades que se practicaron en cada parte del medio.

Arqueología de la arquitectura:


Arqueometría
La arqueometría es la incorporación de técnicas físico-químicas aplicadas al estudio arqueológico.​ Esta permite nuevas perspectivas a la investigación arqueológica.​ Dentro de estos estudios, resalta la caracterización de materiales, el estudio sobre composición y manipulación de elementos metalúrgicos, el análisis de contenido de recipientes arqueológicos, etc.
Paleoetnobotánica es una subdisciplina de frontera ubicada entre la arqueología y la botánica. Su objetivo principal es estudiar las interacciones antiguas entre los seres humanos y el mundo vegetal. 

La paleoetnobotánica 

es el estudio de restos botánicos encontrados como evidencia arqueológica en un yacimiento.

Tafonomía arqueológica

La tafonomía es el estudio de la formación de yacimientos.


Estudios osteológicos

Zooarqueología


La zooarqueología es el estudio de los restos antiguos de animales. Con esta disciplina científica se pueden identificar las especies existentes en un yacimiento arqueológico, pudiendo dar un patrón alimenticio de la ocupación.

Antropología física

La antropología física en su aplicación a la arqueología es un análisis de los restos óseos humanos, en aspectos biológicos del ser humano y de su relación con los aspectos históricos y culturales.

Arqueología pública
Si la arqueología intenta crear un nuevo conocimiento desde el estudio de la cultura material de sociedades pasadas, la arqueología pública trata de estudiar todas las relaciones entre esa Arqueología y la sociedad actual para así mejorar su entendimiento general y la coexistencia entre ambas.

Arqueología genética y molecular
La arqueogenetica es un término acuñado por el arqueólogo británico Colin Renfrew, que se refiere a la aplicación de las técnicas de la genética de poblaciones para el estudio del pasado humano.





Métodos de datación absoluta

Dendrocronología

La dendrocronología (dendro: árbol; cronos: tiempo) es fundamental actualmente y necesaria para correlacionar los resultados del C-14. Se basa en los anillos de crecimiento de los árboles. Su conocimiento se remonta al Renacimiento ya que Leonardo da Vinci hizo un estudio sobre ellos. Sin embargo, fue en el siglo XVIII cuando naturalistas como Duhamel y Buffon empezaron a realizar estudios sobre ello con árboles que habían sido cortados simultáneamente. Así, reconocieron que anualmente el árbol generaba un anillo más. Cuando llegaron al anillo 28 (contando desde fuera) observaron que en todas las especies éste tenía un grosor más pequeño que denotaba un escaso crecimiento del árbol. Cada anillo tiene una parte más clara y otra más oscura debido a las diferencias en el ritmo de crecimiento según las estaciones. El anillo 28 corresponde al año 1709 en el que hubo unas heladas históricas. Fueron los primeros que relacionaron las características climáticas con la forma de los anillos. A principios del siglo XX, el astrónomo norteamericano Douglass estudió si la radiación procedente de las manchas solares quedaban reflejadas en el crecimiento de los árboles. Para ello observó la evolución de los anillos intentando llegar lo más lejos posible. Así, utilizó especies de larga duración como las secuoyas o los pinos amarillos. Tras esto, se consiguió realizar secuencias de la morfología de los anillos de zonas geográficas concretas. Hoy en día en la mayor parte de Europa se tiene una secuencia maestra que se remonta a 3000 años e incluso en ciertos lugares hasta los 5000. Para la arqueología europea el material básico de construcción es la madera debido a su riqueza forestal por lo que se posee gran cantidad de material para estos estudios. Es el método más seguro que existe.
Hay que tener cuidado con el factor "madera antigua" en donde se datan objetos hechos con partes interiores de un árbol (podría decirse que el corazón del árbol) pudiendo dar fechas alteradas de varios cientos de años.

Carbono 14

El profesor Libby, que trabajaba en el Instituto de Estudios Nucleares de Chicago, desarrolló el método adecuadamente entre 1946-1949. El método alcanzó una popularidad inmediata y Libby obtuvo el premio Nobel en 1960. Este rápido reconocimiento se debe a dos grandes ventajas: el uso de muestras provenientes de cualquier lugar del mundo sin necesidad de un estudio previo, y que alcanza una cronología bastante amplia que llega hasta el 50.000 BP. Actúa sobre la materia orgánica. Los átomos de C14 están presentes en la atmósfera y se forman en la estratosfera a partir de la interacción de la radiación solar y el N. El C14 es absorbido por los seres vivos mediante la fotosíntesis de las plantas a través de la cadena alimenticia. No todos los seres vivos poseen la misma proporción de C14.
Mientras un organismo está vivo conserva la misma proporción de C14 en el organismo; cuando muere disminuye de forma constante. El ritmo de pérdida se conoce como la vida media del C14 y es conocido. Libby calculó una vida media de 5568 años, pero actualmente se ha corregido en 5730. Esta cifra se refiere al tiempo que tarda un organismo en disminuir la proporción de C14 a la mitad. Así, al cabo de otros 5730 años se habrá reducido a la mitad del 50 % que quedaba. Los laboratorios miden la cantidad de C14 que tiene la muestra. La diferencia entre esta cifra y la que debería tener se traduce en años. El trabajo de laboratorio es muy complejo ya que hay que limpiar el elemento con gran cuidado para no contaminar el exterior. Son necesarios unos gramos de materia prima para obtener la datación. Hoy día existe una opción, el C14AMS, que trabaja con cantidades muy pequeñas pero es más caro y laborioso. No todos los materiales suponen la misma facilidad de datación ya que las conchas son muy complicadas por su alto porcentaje de minerales. Por el contrario, los huesos se fechan muy bien aunque lo más fácil es la madera. Gracias a este método se puede datar el polen.

Potasio-argón 

El método del potasio-argón es otro método de datación radiométrica, que permite datar rocas de origen volcánico asociadas a algunos de los restos fósiles y arqueológicos más antiguos del origen de la humanidad. En el momento de solidificación de una roca ígnea, el 40K que contiene comienza a desintegrarse, a un ritmo conocido, en 40Ar. La vida media del 40K es de 1,25 Ma y la edad de la roca viene dada por la proporción 40K/40Ar que presenta actualmente. Este método, junto al similar del argón-argón (basado la proporción 40Ar/39Ar) ha dado muy buenos resultados en los yacimientos de origen sedimentario africanos, donde es frecuente la intercalación de rocas procedentes de episodios volcánicos, como por ejemplo en la secuencia estratigráfica de la Garganta de Olduvai. Otro ejemplo es el del yacimiento de Laetoli, donde una erupción volcánica dejó una capa de cenizas, fechada por K/Ar en 3,7 Ma, sobre la que imprimieron sus huellas algunos animales y varios ejemplares de Australopithecus afarensis.

Termoluminiscencia 

La termoluminiscencia se usa para cerámicas, pero en ocasiones se ha usado para elementos de sílex. El sistema consiste en que las partículas de arcilla van absorbiendo materiales radiactivos del suelo (uranio, potasio). Cuando esa arcilla es sometida a altas temperaturas la carga radioactiva queda a 0. A partir de ese momento vuelve a empezar a cargarse. Se traslada al laboratorio el resto y en condiciones controladas se vuelve a someter al calor y unas máquinas miden la cantidad de carga que se desprende y que había acumulado la arcilla. Cuanto mayor sea la carga radioactiva, mayor será su antigüedad. El sistema se completa analizado la carga de ese estrato para ver si el estrato ha fomentado la carga, ya que el ritmo de carga puede depender del estrato. Tras el proceso, el material queda completamente destruido.

Paleomagnetismo

Se basa en el hecho de que la polaridad magnética de la Tierra no es estática: los polos Norte y Sur magnéticos se invierten cada cierto tiempo por causas aún poco conocidas. No se presentan pautas o ciclos periódicos. Estos cambios de polaridad quedan reflejados en las rocas de origen ígneo y en algunos estratos sedimentarios, en los que las partículas minerales magnéticas quedan orientadas según la posición de los polos magnéticos en el momento de su formación, a modo de "brújulas fosilizadas". El último gran cambio de polaridad (de sur a norte) se dio hace 780 milenios (Inversión magnética de Brunhes-Matuyama). El paleomagnetismo fue muy importante en la excavación de Atapuerca: en el sector de Gran Dolina, los estratos en los que se estaban sacando restos humanos de Homo antecessor (TD 6), se formaron en una época de polaridad inversa, por lo que son más antiguos de 780.000 años.

Racemización de aminoácidos 

La racemización de aminoácidos es un método de datación química que consiste en la conversión de un compuesto L-aminoácido a un D-aminoácido o viceversa y permite datar muestras orgánicas hasta el Paleolítico Medio.



Estudio arqueologico

Prospección

La prospección es la exploración de un territorio en busca de indicios materiales que muestren la existencia de un yacimiento arqueológico.
Lo primero que se ha de hacer es delimitar el terreno que vamos a estudiar. Los límites pueden ser arbitrarios (administrativos) o geográficos (búsqueda de regiones con ciertas similitudes). Podemos optar por dos sistemas: la cobertura total (recorrer todo el territorio a estudiar observando todo con la misma intensidad, mayor frecuencia a menor territorio) o el muestreo (selección de áreas significativas). Un elemento fundamental es la intensidad de la prospección que responde al detalle con el que se va a observar el terreno a prospectar. Los prospectores realizan, colocados en línea, un barrido en diferentes direcciones para observar lo que hay en el suelo. Cuanto más juntos vayan, mayor será la intensidad. La prospección se basa en la visibilidad de los yacimientos y habrá que distinguir si no vemos los restos porque no los haya o porque no lo vemos.
La prospección se ha considerado el paso previo para la excavación, pero es una actividad arqueológica por sí misma.

Excavación 

Dentro de las excavaciones arqueológicas podemos observar diversos tipos: las de urgencia, las de investigación y las de patrimonio. Las excavaciones de urgencia están condicionadas por la transformación del espacio. Esta transformación va ligada a la construcción de infraestructuras o edificios. Esto exige documentar los restos ya que el sitio va a ser destruido por la construcción. Este tipo las pagan las constructoras públicas o privadas que van a modificar el espacio y se realiza un Estudio de Impacto Arqueológico. Las excavaciones de investigación se realizan para descubrir nuevos datos que nos ayudan a cubrir lagunas de información concretas que hay en la Historia. Las de patrimonio cultural se centran en el desarrollo estratégico de actividades culturales (turismo) y el aporte de interés a ciertos puntos de atracción del territorio.
La arqueología es una ciencia que permite registrar a partir de sus evidencias materiales la evolución de la actividad humana, es decir, en creación, en tecnología y ciencia. Para poder excavar hay que tener el permiso de la autoridad correspondiente. Existe un registro arqueológico de las excavaciones y las autoridades son las que exigen una serie de condiciones para la excavación de los yacimientos: el lugar donde se han de guardar los restos, el director de la excavación, las fechas, el derecho a inspecciones, la elaboración de un libro diario donde se recoja todo lo relacionado con la excavación. Una vez finalizada la excavación se ha de elaborar un inventario de materiales para el ingreso en el museo y una memoria preliminar para la autoridad correspondiente analizando los resultados de la excavación.


Trabajo de Laboratorio 

Con los datos obtenidos en la excavación, se deben analizar los restos obtenidos exhaustivamente. Para ello se realizan las tareas de procesado en el laboratorio.
En primer lugar, los restos se lavan y consolidan (en caso de ser necesario) evitando deteriorar los materiales. Hay que tener cuidado al lavar la cerámica pintada, para no deteriorar su pigmentación. Los huesos son higroscópicos, por lo que no es bueno lavarlos con agua, sino con un pincel o una esponja en seco. Es conveniente lavar en seco y cuidadosamente los estucos, yesos y otros materiales frágiles.
Después se llevan a cabo las labores de siglado y registro, en donde cada pieza se sigla para poder identificarla en caso de confusión. Se sigla identificando el yacimiento y un número con la pieza exacta que se indica en el registro. Hecho esto, se ha de identificar la cerámica mediante tablas tipológicas.
Cuando está hecho todo lo anterior, se ha de dibujar el material representativo para la publicación. Además, hay que analizar mediante otras técnicas (métodos de datación, medios químicos...).

sábado, 20 de octubre de 2018

Aproximaciones a la historia

Con el estudio de la historia de la arqueología se produjeron numerosos desacuerdos sobre la naturaleza y el significado de la misma.​ G. R. Willey y J. A. Sabloff distinguieron cuatro periodos sucesivos en su History of American Archaeology (1974, 1980): especulativo, clasificatorio-descriptivo, clasificatorio-histórico y explicativo. Esto implica que en el hemisferio occidental, la arqueología se centra en la descripción y la clasificación.​ Clasificando los datos en relevantes o irrelevantes, como ocurre también en el periodo clasificatorio-descriptivo, implica la existencia de un marco teórico.​ También puede sostenerse que el hecho más simple no puede constituirse independientemente de un contexto teórico. En el pasado, estos marcos teóricos no lo formularon los arqueólogos, y actualmente es la arqueología norteamericana la que elabora propuestas teóricas.​
En el pasado los arqueólogos emplearon teorías, pero ha sido en la actualidad cuando esas teorías han adquirido un paradigma de investigación.​ La comunidad científica mantiene esta tradición, y se encarga de divulgarlo en libros de texto y revistas científicas.​ A partir de entonces la arqueología se definió como una «indisciplinada disciplina empírica» y sugirió que su desarrollo teórico se considere en un estado preparadigmático.​ Las propuestas que son reconocidas internacionalmente son las únicas que se pueden calificar como paradigma.​ Los estudios de las primeras fases del desarrollo arqueológico revelan formulaciones más globales y consistentes, para lo que se necesita un estudio que respete el pasado y juzgue el trabajo según el periodo.
Algunos arqueólogos mezclan la idea de Kuhn con una visión evolucionista.​ Mantienen que las fases sucesivas del desarrollo de la teoría arqueológica poseen una consistencia interna suficiente como para ser calificadas de paradigmas, y que la sustitución de un paradigma por otro constituye una revolución científica.​ A raíz de esta visión, innovadores como Christian Thomsen, Oscar Montelius, Gordon Childe y Lewis Binford encontraron errores y formaron nuevos paradigmas que cambiaron la dirección de la investigación arqueológica y determinaron qué tipo de problemas eran importantes o no.

Historia

La arqueología (del griego ἀρχαιολογία, archaiologia de ἀρχαῖος, arkhaios, "antigua" y -λογία, -logia, "-logía") surgió del antiguo estudio multidisciplinario conocido como anticuario. Los anticuarios estudiaron la historia con especial atención a los artefactos y manuscritos antiguos, así como a los sitios históricos.
La arqueología establece que el estudio del hombre y la sociedad no es un hecho científico.
​Desde los años cincuenta, la arqueología en Norteamérica y en Europa occidental ha pasado desde una ortodoxia histórico-cultural hacia innovaciones teóricas.​ Las innovaciones teóricas produjeron el surgimiento de desacuerdos sobre los objetivos de la disciplina de la arqueología y cómo se debe acceder a ellos.​ Con el paso del tiempo los arqueólogos han abandonado su positivismo y han dudado sobre la objetividad de sus investigaciones, considerando los factores sociales y las soluciones convincentes como problemas.​ Algunos extremistas niegan que las interpretaciones ofrecidas por los arqueólogos sean un reflejo de los valores transitorios de las sociedades donde viven.
La perspectiva histórica de las relaciones entre la arqueología y el contexto social aborda un modo comparativo donde surgen problemas como la subjetividad, la objetividad y la acumulación de conocimiento.​ En los últimos años los arqueólogos están de acuerdo con que «ningún problema histórico debería ser tratado sin estudiar antes... la historia del pensamiento histórico sobre él», cita dicha por el filósofo R. G. Collingwood.​ La investigación histórica sobre la interpretación arqueológica se ha multiplicado y adoptado a metodologías más sofisticadas.​ Michael Schiffer afirma que hay que exponer y articular las teorías actuales, y las licenciaturas deberían dejar de ser «historias del pensamiento».​ Tanto la veracidad como la falsedad de las formulaciones teóricas son independientes de las influencias sociales y de la historia, y están determinadas por la aplicación de procedimientos de evaluación.​ Siguiendo esta idea, tanto la historia de la arqueología como la filosofía están desconectadas, y el análisis histórico es el elemento que observa estas posiciones.
Se puede distinguir entre un diálogo interno, donde los arqueólogos desarrollan métodos para inferir en el comportamiento humano a través de los datos arqueológicos, y un diálogo externo, donde se utilizan los hallazgos para hacer alusión a los problemas sobre dicho comportamiento y la historia humana.​ El diálogo interno trata los rasgos de la arqueología como disciplina, y el diálogo externo contribuye a la participación de la arqueología en las ciencias sociales.
La reacción del público ante los hallazgos arqueológicos señala la necesidad de contemplar la historia de la arqueología a través de un contexto social amplio.​ La imagen más popular que muestra la misma es la de una disciplina esotérica sin ninguna relevancia en la actualidad.​ En ocasiones los arqueólogos son descritos como «seniles casanovas de la ciencia que se mueven entre los montones de basura de la antigüedad»,​ aunque en los últimos doscientos años se ha despertado el interés por esta rama, sobresaliendo autores como Austen Layard en Nimrud o Heinrich Schliemann en Troya, y descubrimientos como la tumba de Tutankhamon, el Palacio de Minos, el ejército de terracotas del emperador chino Qin Shi Huangdi y los fósiles de homínidos en el África Oriental de hace millones de años.​ Durante la segunda mitad del siglo XIX la arqueología recibió apoyo, debatiéndose entre el evolucionismo y el libro del Génesis.​












¿Què es la arqueología?

La arqueología (del griego «ἀρχαίος» archaios, viejo o antiguo, y «λόγος» logos, ciencia o estudio) es la ciencia que estudia los cambios que se producen desde las sociedades antiguas hasta las actuales, a través de restos materiales dispersos en la geografía y conservados a través del tiempo.
 La arqueología puede considerarse tanto una ciencia social como una rama de las humanidades. En Estados Unidos, la arqueología es considerada un sub-campo de la antropología, mientras que en Europa la arqueología a menudo se considera una disciplina en sí misma o un sub-campo de otras disciplinas. Los arqueólogos estudian la prehistoria y la historia humana, desde el desarrollo de las primeras herramientas de piedra en Lomekwi en el África Oriental (Kenia) hace 3,3 millones de años hasta las últimas décadas. La arqueología es una mezcla de descubrimientos de tesoros, junto al paciente trabajo de analistas científicos, y junto a la etapa de interpretación, que permite entender qué significaron los elementos descubiertos o explorados en la historia de la humanidad.
En consecuencia, la arqueología es tanto una actividad física de campo como una búsqueda y exploración intelectual en el laboratorio. La mayoría de los primeros arqueólogos, que aplicaron la nueva disciplina a los estudios de los anticuarios, definieron la arqueología como el «estudio sistemático de restos materiales de la vida humana ya desaparecida». Otros arqueólogos enfatizaron aspectos psicológico-conductistas, y definieron la arqueología como “la reconstrucción de la vida de los pueblos antiguos”. La disciplina implica topografía, excavación y, finalmente, el análisis post-excavación de los datos recopilados para aprender más sobre el pasado. En un amplio alcance, la arqueología se basa en la investigación interdisciplinaria. Se basa en Antropología, Historia, historia del arte, Estudios clásicos, etnología, geografía, geología, Historia de la literatura, lingüística, semiología, Crítica Textual, física, Ciencia de la información, química, estadística, paleo-ecología, paleografía, paleontología, Paleozoología y Paleobotánica. En Estados Unidos e Inglaterra, la arqueología ha sido siempre considerada como una disciplina perteneciente a la antropología. En efecto, mientras que la antropología se centra en el estudio de las culturas humanas, la arqueología se dedica al estudio de las manifestaciones materiales de dichas culturas. De este modo, en tanto que las antiguas generaciones de arqueólogos estudiaban un antiguo instrumento de cerámica como un elemento cronológico que ayudaría a ponerle una fecha a la cultura que era objeto de estudio, o simplemente como un objeto con un cierto valor estético, los antropólogos verían el mismo objeto como un instrumento que les serviría para comprender el pensamiento, los valores y la cultura de quien lo fabricó. Sin embargo, en la mayoría de los países, la arqueología ha estado más unida al estudio de la historia; en un principio como ciencia auxiliar de la historia del arte, y luego de la historiografía en general. Con el paso del tiempo se ha dejado de lado la tradicional visión de la arqueología como una de las ciencias auxiliares de la historia. En la actualidad, la arqueología es considerada una ciencia histórica autónoma; es decir sería una de las distintas disciplinas históricas.